En el vertiginoso mundo de la tecnología, hay eventos que marcan un antes y un después. El reciente anuncio de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a sus principales socios comerciales ha sacudido los mercados globales, provocando una pérdida de 1.8 billones de dólares en un solo día, la peor desde la crisis del COVID-19.
Esta medida ha generado una contracción en los múltiplos de valoración de las empresas SaaS, situándolos por debajo de 5x, niveles observados en contadas ocasiones durante la última década. La incertidumbre se cierne sobre las cadenas de suministro globales, afectando no solo a las empresas que manejan productos físicos, sino también a aquellas del sector tecnológico que dependen de clientes con operaciones internacionales.
La historia nos enseña que políticas proteccionistas, como la Ley Smoot-Hawley de la década de 1930, pueden tener consecuencias económicas devastadoras. La actual situación podría desencadenar efectos similares, con ciclos de adquisiciones más lentos, renovaciones de contratos diferidas y una mayor cautela en el gasto corporativo.
Sin embargo, en medio de la adversidad, ciertos sectores tecnológicos podrían encontrar oportunidades. Plataformas de recomercio como Poshmark y ThredUp, software de gestión de mantenimiento como ServiceTitan, y plataformas de adquisición de piezas como PartsTech, podrían beneficiarse en un entorno donde la disponibilidad de nuevos productos es limitada y las empresas buscan optimizar sus recursos existentes.
Es esencial que las empresas tecnológicas evalúen sus estrategias y se preparen para navegar en este nuevo panorama económico, identificando tanto los desafíos como las oportunidades que emergen en tiempos de cambio.
Referencias:
• ¿Acabamos de experimentar un día de “antes y después”?
• El impacto de los aranceles en los mercados globales
• Empresas tecnológicas que podrían beneficiarse de las disrupciones en la cadena de suministro
• Lecciones de la Ley Smoot-Hawley y sus implicaciones actuales